San Patricio es sin duda uno de los hombres más famosos del mundo. Aunque es el santo patrono de Irlanda, en realidad era de origen británico, nacido en una familia noble católica de la costa oeste de Inglaterra. A la edad de dieciséis años, fue secuestrado por piratas y vendido al mercado de esclavos de los paganos irlandeses, donde permaneció en servidumbre durante seis años. Tras una fuga audaz, regresó a Inglaterra, así reuniéndose con su madre y padre. Un día el Señor le habló a Patricio en una visión pidiéndole que volviera al lugar de su esclavitud y evangelizara a la gente que una vez lo torturó. San Patricio relata la historia con sus propias palabras: “Vi venir a un hombre, como si fuera de Irlanda. Su nombre era Victoricus, y llevaba muchas cartas, y me dio una de ellas. Leí el encabezado: “La voz de los irlandeses”. Cuando empecé la carta, me imaginé en ese momento que oía la voz de aquellas mismas personas que estaban cerca del bosque de Foclut, que está junto al mar occidental, y gritaban, como con una sola voz: “Te pedimos, santo joven siervo, que vengas y camines entre nosotros”. El joven santo estaba vacilante. Pero su corazón empezó a compadecerse de la isla pagana de la que escapó, una sociedad ignorante de Dios y de su amor misericordioso. Patricio entró al monasterio y fue ordenado sacerdote. Luego pidió permiso para regresar a Irlanda con la esperanza de convertir a sus habitantes al catolicismo. Aterrizó en la ciudad costera de Wicklow, a 30 millas al sur de Dublín. Aquí, el joven sacerdote empezó su misión predicando el Evangelio a un vicioso pueblo druida. Sin embargo, después de varios años, innumerables almas se unieron a la Iglesia Católica. Los nativos irlandeses estaban sorprendidos porque este esclavo había regresado a ellos libremente buscando salvar las almas de sus captores. Reconocieron el valor de Patricio y admiraron su celo. Era un hombre carismático, bien educado, un predicador ardoroso y un servidor generoso. Sobre todo, los druidas quedaron impresionados por la caridad y la compasión del sacerdote. Incluso aquellos caciques paganos que amenazaron su vida fueron recibidos con misericordia. San Patricio murió el 17 de marzo de 492 d.C. ¡Tenía más de 100 años! El sacerdote y obispo inglés había pasado casi medio siglo evangelizando al pueblo irlandés. En ese corto tiempo, logró convertir toda la civilización celta de Irlanda fundando lo que se convertiría en una de las comunidades católicas más florecientes y dinámicas del mundo. Afortunadamente, San Patricio nos dejó un relato directo de su vida espiritual y actividades en su famosa Confesión. Este libro detalla las labores internas de un hombre extraordinario y es definitivamente un libro que vale la pena leer y poseer en tu biblioteca personal.