“Dios te salve, Llena de Gracia”
Comencemos nuestras reflexiones sobre la Madre Santísima con las primeras palabras que fueron dichas a ella en la Sagrada Escritura. Leemos en el capítulo uno del Evangelio de Lucas que el Ángel Gabriel fue enviado a Nazaret a una virgen llamada María. Cuando llega, saluda a la joven doncella con las siguientes palabras: “¡Salve, llena de gracia!” (Lc. 1, 28). Hay varios temas a considerar en esta sola frase. En primer lugar, debemos apreciar el locutor. La persona que dice estas palabras no es un alguien cualquiera. ¡Es un ángel! La palabra ángel viene de la palabra griega ággelos, que significa literalmente “mensajero”. En la antigüedad, los ággelos de un rey o aristócrata eran recibidos como la encarnación personal del individuo que representaban. No vinieron a hablar de su propia opinión; estaban compartiendo expresamente los pensamientos y sentimientos de su amo. Las palabras de Gabriel no son suyas, sino las de Dios. El ángel es simplemente un mensajero de lo que se le ha dicho que hable. Cuando Gabriel dice: “¡Salve!” (Χαῖρε) María, un saludo de profundo honor reservado para la realeza, es Dios el que dice estas palabras. Así, encontramos la fuente y el origen de la veneración mariana: Dios. Los católicos no inventaron el honor a la Santísima Virgen María… el mismo Dios lo hizo. Simplemente buscamos ser obedientes a la reverencia que hemos observado de nuestro Señor. También es interesante notar que la conjugación de la palabra griega utilizada en Lucas 1, 28 es repetida sólo cuatro veces más en el Nuevo Testamento. Y, en cada vez, está asociado con la Pasión de Cristo, particularmente cuando los guardias se burlan de la realeza de Jesús diciendo “¡Salve! (Χαῖρε), Rey de los judíos” (cf. Mateo 27,29, Marcos 15,18 y Juan 19,3). Esta es una hermosa conexión teológica. Desde el momento en que el Ángel Gabriel saluda a María de Nazaret, su vida está intrínsecamente ligada a la Pasión y Muerte de su amado Hijo. Las ramificaciones de esta conexión serán discutidas en los próximos artículos. Terminemos con un último punto. ¿Qué significa “llena de gracia”? La palabra griega para “lleno de gracia” es kecharitōmenē (trata de decirlo rápido diez veces). Literalmente, significa “tú que fuiste creada para ser agraciada”. Sí, esta es quien María realmente es….la que Dios creó para ser agraciada; el tabernáculo puro que Él creó para dar a luz al tesoro más grande de todos, Su Hijo unigénito.