Priest-Liturgy: “Like living stones, you are being built into a spiritual house, a holy priesthood, offering spiritual sacrifices acceptable to God through Jesus Christ” (1 Pet. 2:5). The first responsibility of the Church is sacrifice from the Latin sacra-faceremeaning “to make holy”. Jesus established the Church as the sacramental sign of creation’s redemption called to continue His work of sanctification in the world. Nowhere is this work of sanctification accomplished more readily than the sacred liturgy, especially the Holy Eucharist. The Eucharist is the “source and summit” of Christian life.3 “Consequently the gaze of the Church is constantly turned to her Lord, present in the Sacrament of the Altar, in which she discovers the full manifestation of his boundless love.”4 The beauty, solemnity and reverence of liturgy must be the primary focus of any community which calls itself Christian. If the liturgy of a parish is properly practiced, then all other endeavors will be rightly ordered and abundantly blessed. Through the Holy Spirit’s gift of piety, St. Mary Catholic Church & School will be a priestly people who foster an environment where Christians can encounter the holiness of God and participate in His ministry of sanctification through the sacred liturgy.
3 Second Vatican Council, Lumen Gentium, 11.
4 St. John Paul II, Ecclesia de Eucharistia, 1.
Sacerdote-Liturgia: “Como piedras vivas, son edificados como una casa espiritual, para ejercer un sacerdocio santo y ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por Jesucristo” (1 Ped. 2,5). La primera responsabilidad de la Iglesia es el sacrificio, del latín sacra-facere que significa “hacer santo”. Jesús estableció la Iglesia como la señal sacramental de la redención de la creación, llamada a continuar Su obra de santificación en el mundo. Esta obra de santificación se realiza más definitivamente en la sagrada liturgia, especialmente en la Sagrada Eucaristía. La Eucaristía es la “fuente y cumbre” de la vida cristiana. 3 “Consecuentemente, la mirada de la Iglesia se dirige constantemente a su Señor, presente en el Sacramento del Altar, en el cual descubre la manifestación plena de su amor sin límites”.4 La belleza, la solemnidad y la reverencia de la liturgia deben ser el foco principal de cualquier comunidad que se denomina cristiana. Si la liturgia de una parroquia es practicada apropiadamente, todos los demás esfuerzos serán ordenados correctamente y bendecidos abundantemente. A través de la piedad, que es don del Espíritu Santo, la Iglesia y Escuela Católica de St. Mary será un pueblo sacerdotal que promueve un ambiente donde los cristianos pueden encontrar la santidad de Dios y participar en su ministerio de santificación a través de la sagrada liturgia.
3 Concilio Vaticano II, Lumen Gentium, 11.
4 San Juan Pablo II, Ecclesia de Eucharistia, 1