Pocas culturas pueden presumir de una mitología tan rica como la griega. Desde las aventuras de Ajax hasta las penas de Edipo Rey, los griegos saben cómo transmitir profundas lecciones morales a través de la narración creativa. Uno de mis favoritos es la tragedia del rey Midas. Después de mostrando hospitalidad a un amigo del dios Dionisio. Muy agradecido con Midas por su amabilidad, el dios prometió a este satisfacer cualquier deseo que anhelara. El rey dijo, “Quiero que todo lo que toque se convierta en oro” “¿Qué es más grande que el dinero?” pensó Midas. Dionisio concedió el deseo de Midas. Pronto, el castillo del rey egoísta se llenó de muchas cosas de oro: muebles, tapices y edificios. Emocionada, su hija corrió al salón del trono para contemplar el poder milagroso de su padre. Encantado por la presencia de su pequeña, Midas corrió a abrazarla. Mientras la sostenía, la alegría del rey se convirtió en horror cuando la carne de su hija se transformó en metal. Lloró por el cuerpo que ahora fue como una estatua. Su amor por el oro le había robado su mayor tesoro. Esta historia de los griegos antiguos nos enseña una valiosa lección. La codicia es un pecado que nos ciega a lo que es realmente importante. Según San Tomás de Aquino, la codicia es la negación de las cosas eternas por el bien de las cosas mundanas. En otras palabras, es un amor desmesurado por las cosas materiales. La codicia, también llamada avaricia, reemplaza la satisfacción eterna por la estimulación temporal. Como seres compuestos de cuerpo y alma, nuestro alegría es con las realidades celestiales. Cuando permitimos que el dinero, el tiempo, la carrera y la tecnología tener prioridad en nuestras vidas, no reconocemos nuestra verdadera felicidad y la razón de nuestra existencia. Por esta razón, televisión, los episodios de Netflix, los videojuegos, el dinero y el Facebook, no es gratificante. Además, como el rey Midas, la codicia roba nuestra atención de lo más preciado de nuestras vidas. ¿Cuántas carreras de madres y padres son distracciones a sus responsabilidades como padres? Intentan ascender en la escala corporativa a costa de criar a sus hijos. Una familia puede ser feliz en un cobertizo y una familia puede ser miserable en una mansión. ¿Cuántos adultos jóvenes pierden incontables horas en la media social a costa de relaciones humanas? 1000 amigos de Facebook no es nada comparado con un amigo fiel. Satanás es un maestro de la ilusión. Su objetivo es darnos vidas baratas. No molesta el diablo si tu eres exitoso en tu corporación, especialmente si tu ambición es un obstáculo para tu fe. Con mucho gusto Satanás te ayudará con tu resumen profesional si puede desmantelar tu alma. Todas las fuerzas del infierno trabajarán incansablemente hacerte sentir cómodo en este mundo si eso significa hacerte sentir miserable en el próximo. No nos dejemos engañar por los trucos del enemigo. Sabemos qué es la verdadera felicidad y quién puede dárnosla. Volvamos a Cristo y a la Iglesia. Ahí es donde está nuestro verdadero tesoro.