En la antigua ciudad de Padua, Italia, hay una capilla del siglo XIV construida por Enrico Scrovengi. Considerado uno de los mayores ejemplos del Renacimiento, el edificio fue pintado por el Giotto y tiene algunos de los frescos más espectaculares en el mundo. Personalmente puedo dar testimonio de la magnificencia de estos frescos. Cuando los vi por primera vez, me sorprendió su asombrosa claridad y significancia espiritual.
Sin embargo, las pinturas que más me llamaron la atención no fueron las que representan la Vida de Cristo ni el gran fresco del Juicio Final. Más bien, fue una colección de pequeñas figuras que flanqueaban las paredes de la capilla. Por un lado, había siete criaturas grotescas y desagradables. La pared opuesta también tenía siete figuras, pero en contraste con sus contrapartes, cada uno poseía una belleza que era atractiva. Por encima de las catorce figuras estaban inscritas catorce palabras en Latín. Tras un examen más detenido, traduje cada palabra. Sobre las cabezas de las criaturas bestiales fue los siete pecados capitales o mortales. Encima los personajes hermosos fueron las siete virtudes cristianas. Me llamó la atención la genialidad de la pintura de Giotto. Con ingenio de artista, supo resaltar la tensión entre esa lucha del vicio y la virtud.
Los siete pecados capitales fueron categorizados primera vez por San Gregorio el Grande en el siglo VI. Los enumeró de la siguiente manera: orgullo, codicia, lujuria, envidia, glotonería, ira y pereza. El santo Papa unió estos vicios con las virtudes correspondientes. Estas virtudes son la humildad, la caridad, la castidad, la gratitud, la templanza, la paciencia y la diligencia.
Es verdad que hay mucha gente que no tiene conocimiento sobre los siete pecados capitales y las siete virtudes cristianas. Esto es peligroso. Porque si no somos conscientes de cómo actúa el pecado y la forma en que Satanás nos engaña, ¿cómo podemos seguir a Cristo? Además, ¿cómo podemos ser discípulos santos si no sabemos las anécdotas de nuestros vicios? En la próxima serie dedicaremos tiempo a reflexionar sobre los siete pecados capitales y las siete virtudes cristianas. Esto nos ayudará a crecer en una conciencia más profunda de nuestras almas.