Jesús le dijo a sus discípulos sobre la necesidad para ellos de orar siempre sin desfallecer”. ¿Eres un seguidor de Jesucristo? ¿Eres un seguidor fiel? ¿Sigues con un sentido de abandono, entrega y obediencia a Quien es el único camino al Padre, el único camino a las Puertas del Cielo, el único camino a la vida eterna y eterna vida? ¿Puedes seguir sin un sentido de materialismo, división o lamento a Quien es toda la verdad, la única verdad y nada más que la real verdad de cuanto Dios verdaderamente te ama? ¿Estás dispuesto a seguir con un sentido renovado de urgencia, importancia y valor a Quien es tu vida, el sagrado aliento de tu corazón, el verdadero alimento que comes y la copa de bendición que bebes? Seguir a Jesús significa ser obediente a Dios y ser fiel a su voluntad. Seguir a Jesús significa negarte a ti mismo, renunciando al control, permaneciendo en silencio en el medio de la persecución y odiando el pecado pero amando al pecador. Seguir a Jesús quiere significa fomentar la intimidad con Dios a través de la oración y prefiriendo la oración por encima de la televisión, la comida, las redes sociales. Un seguidor fiel de Jesús reconoce, entiende y acepta que la oración no es opcional sino que es simplemente tan necesaria como el oxígeno que respiramos y los nutrientes que ingerimos puesto que la oración satisface el hambre del alma y nutre el corazón fiel. La oración es involucrarse en la vida de Cristo. La oración es la participación en la Gracia Divina. La oración es experimentar la amorosa presencia de Dios. En la oración, Dios comunica su propio ser, el toca la profundidad de nuestro ser, el provee palabras que son alentadoras, inspiradoras, de corrección. No orar, es rechazar a Dios y todo lo que tiene que ofrecer. Decir que estás demasiado ocupado para orar, es preferir y colocar cualquier cosa y todo lo demás por encima de Dios. No querer orar, es no querer a Dios, rechazar sus dones, sugerir que puedes vivir sin Dios y presumes tu relación con él. No orar, es no saber quién es Dios y ¿cómo pueden amar y servir al Dios que no conocen? Cuando Jesús estaba cansado y desfalleciendo, él fue a orar con el Padre, Cuando estaba discerniendo la voluntad de Dios o se enfrentó con una dificultad o una decisión importante, él fue a estar con el Padre en oración. Cuando estaba en agonía, él oró. Cuando expresó gozo y agradecimiento, él oró. Él le enseño a sus discípulos a orar y nos enseñó la importancia de mantener una relación con Dios en oración. María nos enseña como acudir a Jesús en cada situación y circunstancia y pedirle por lo que necesitamos en oración. Entonces, se un fiel seguidor de Jesús y ora siempre. Padre Iván
Vigésimo Noveno Domingo del Tiempo Ordinario